EL ARPA PARAGUAYA

Instrumento trasculturado
Homenaje a Félix Pérez Cardozo
Haremos una brevísima historia de este instrumento transculturado,
para llegar a nuestro objetivo que es el de explicar el porqué decimos
al arpa de nuestro medio: arpa paraguaya.
El arpa es uno de los instrumentos más antiguos que recuerda
la historia de la humanidad y según nos dicen las Sagradas Escrituras,
el rey David, ya la tocaba.
En su origen tenía la pluralidad de formas, sin embargo, según
datos, existían dos tipos principales: el arpa angular originaria
de Egipto y el arpa arqueada o combada, del África.
Recuerda la literatura de remota época, que algunas tenían
veintidós cuerdas y durante el año 600 fueron hechas muchas
tentativas para el perfeccionamiento de su mecanismo. Después de
un largo proceso tanto en sus lugares de origen como en Europa y muy especialmente
en Irlanda, Alemania y Italia, se fue perfeccionando, tanto en su caja
de resonancia, su cordaje y en su mecanismo.
Muchos son los artífices de este instrumento. En 1710, el luthier
Hochbrücker de Donauwörth, inventó un mecanismo a pedal
que permitía cambiar los acordes sin ocupar las manos. Un luthier
de París llamado Cossineau, construyó otro mecanismo y sobre
la idea de éste, en el ano 1808, Sebastián Erard consiguió
en el arpa otra estilización, llegando así a la culminación
de su perfeccionamiento, universalizándose como arpa clásica.
La bibliografía de este instrumento es extensa, mas llegó
a América con los españoles, que se aposentaron en distintas
regiones de¡ continente, una de las cuales sería con el tiempo
la República del Paraguay, poblada por los indios Carios, quienes
recibieron amistosamente a los conquistadores. Recuerdan las crónicas
que, entre los que acompañaron a Sebastián Caboto en su viaje
al Río de la Plata, en el ano 1526, arribó un tañedor
de arpa de nombre Martín Niño.
Al producirse allí el cruzamiento se amalgamaron dos razas y
dos culturas y surgió de esta fusión una estirpe nueva, la
paraguaya. El idioma guaraní sufrió un fenómeno parecido.
Sabido es que el Paraguay es un país bilingüe y que en la actualidad
se habla el castellano por obligación y el guaraní, por una
placentera necesidad. El idioma de los Carios, minado de hispanismos, ha
dejado de ser castizo; hoy se escribe algunas poesías en guaraní
puro, pero el pueblo habla un guaraní hispanizado, sin perder su
esencia telúrica americana.
El
arpa paraguaya se originó en la fusión de estas dos
civilizaciones. Este instrumento fue adoptado por los naturales, quienes
lo perfeccionaron a su manera, construyéndola de madera americana,
logrando una notable estilización y creando su propio repertorio.
La estilización de este nuevo instrumento significa un aporte para
el arte musical; puede decirse que es valor representativo el hecho, de
que en el crisol de América, la unión de dos razas diera
nacimiento al mestizo, que dejó de ser indio y español, para
ser paraguayo. En esta eclosión americana, el bíblico instrumento
fue remodelado para convertirse en arpa paraguaya, merced al ingenio
y a los elementos nativos.
El instrumento que había llegado a América con los europeos,
con simples aditamentos en su construcción, impresionó vivamente
al mestizo. Este, con su disposición innata para el arte musical,
reconocida muy especialmente por los misioneros jesuitas y franciscanos,
lo construyó con madera americana. La evolución de¡
arpa clásica no afectó mayormente a la paraguaya, pues ésta
tomó otros rumbos en su progresivo mejoramiento. Un ejemplo de ello
es la no adaptación de los pedales y clavijeros mecánicos
que facultaban a la clásica para modular en distintas tonalidades,
de ello, el arpa paraguaya resulta con ciertas posibilidades disminuidas,
al no poseer la escala cromática, originada por esos nuevos elementos,
sin embargo se halla beneficiada en la sonoridad, claridad y consistencia.
Sus cultores, a pesar de su afinación diatónica, hacen
maravillas al ejecutarlo. Realizan su aprendizaje de generación
en generación a través de la versión oral, creando
una técnica propia, ejecutando la melodía con la mano derecha,
usando las uñas en lugar de las yemas de los dedos como los arpistas
clásicos; el acompañamiento lo hacen con la izquierda y en
lo referente al modo de interpretar su música, tiene una personalidad
bien definida. A la fecha, un músico nativo, Diosnel Martínez
Bordón, ha creado un método para el aprendizaje, por música,
del arpa paraguaya.
El arpa que llegó de Europa ha tomado carta de ciudadanía
en América y así podemos apreciar su presencia en Méjico,
Venezuela, Perú, Chile y Argentina, pero en esas regiones se usa
como instrumento de acompañamiento, en cambio en el Paraguay se
lo utiliza como instrumento base de conjuntos y su difusión es intensa
y en cuanto a su estructura, difieren fundamentalmente entre sí.
En manos de los arpistas paraguayos, sirve tanto para acompañar,
como para tocar como solistas.
Por otra parte, en este país se ha creado un vasto repertorio
en y para el arpa y la ejecución de estas composiciones por sus
cultores, constituyen un pequeño concierto, entre las que se destacan:
"Cascada", "Viejo campanario", "Kurusu ára" (3 de Mayo), "Guyra
pu" (Pájaro campana), "Carreta guy", "Misiones ñu»
(Beni Loma), "Mamópa reho Josepa«, "Llegada", "Tren lechero",
Isla Saká", "Melodía para tí", "Guaraní F.
Club", etc. etc. con lo que se demuestra el importante parnaso lírico
que posee el instrumento transculturado.
Tuvo el arpa en el Paraguay, brillantes cultores como los Villasboa,
padre e hijo; el famoso misionense José del Rosario Diarte, Conché
Ramírez y Taní Bordón, ambos de Ybycuí; Pedro
Rojas (Peru'í) de Acahay y otros. En la actualidad han proliferado
sus cultores y varios de ellos recorren el mundo en un lírico peregrinaje.
A Buenos Aires llegó y cautivó con su arpa paraguaya,
el desaparecido arpista Félix Pérez Cardozo, quien fue un
verdadero pionero de este instrumento. Este artista extraordinario sembró
toda una escuela en la ejecución del arpa y además le agregó
cuatro bordonas, elevándolo, de las treinta y dos cuerdas tradicionales,
a treinta y seis. Creó varias composiciones que pasaron a pertenecer
al repertorio permanente de los tañedores paraguayos y de otras
latitudes, como las polcas "Llegada", "Tren lechero", "Angela Rosa", "El
sueno de Angelita", "Mi despedida", "María Elsa" y otras.
Hasta hace poco, el luthier de¡ arpa era el propio ejecutante,
pero con el correr de¡ tiempo y al multiplicarse sus cultores, empezaron
a surgir verdaderos artífices. Epifanio López es un verdadero
maestro de la estilización, le sigue Timoteo Rojas, Amadeo Monges
y Lino Ruiz Díaz, estos dos últimos radicados en Buenos Aires,
todos ellos paraguayos, dedicados en la difusión de este instrumento
más allá de nuestra frontera.
No tan solamente en el país guaraní aumentan sus tañedores,
sino que también los encontramos en los países vecinos; por
ejemplo, en el Uruguay se destaca Aníbal Sampayo; en Chile los Hermanos
Silva, el dúo Rey Silva y en la Argentina el joven Ricardo González,
Amadeo Monges (h), y otros, todos ellos entusiastas cultores del arpa paraguaya
y su clásico repertorio de nuestras polcas.
El arpa se ha compenetrado tanto en el espíritu M paraguayo,
que forma parte de su vida cotidiana, por eso recordamos esta adivinanza
(expresión folklórica) que dice: »maravilla... maravilla...
mba'emotepa? (qué será?) una mula castaña con
treinta y dos riendas". La respuesta a la adivinanza es: el arpa. También
entre los jugadores de truco se dice "areko arpa sã" (tengo
cuerdas de arpa) queriendo indicar así a su compañero que
tiene treinta y dos puntos en la mano. En la actualidad tiene treinta y
seis cuerdas y ésto nos demuestra que su mejoramiento continúa.
La presente consideración esbozada en este ensayo, es con el
propósito de contribuir al esclarecimiento y a la ubicación
justiciera de nuestro acervo nacional, en lo referente al patrimonio artístico
musical y combatir las mistificaciones, o sea, esa dinastía regia
con que se motea a diario al instrumento y sus cultores, como ser: rey,
príncipe o princesa del "arpa india". Llamarlo "india" ya es una
aberración.
En el año 1965, presenté este trabajo en el Simposio realizado
en Río Hondo, Santiago del Estero, en ocasión del Festival
Anual que se realiza en ese bello rincón argentino. Un año
después, los *'litoraleños", declararon el instrumento nuestro:
"arpa criolla" (1), en la misma ciudad de Río Hondo. Sin embargo,
en el Brasil nunca se niega la procedencia de este instrumento y siempre
escuchamos decir a los locutores: arpa paraguaia. Así figura
también en las carátulas de los discos brasileños,
no así en el Río de la Plata, donde se pretende desconocer
el aporte paraguayo en la transculturación del instrumento bíblico.
Una de las páginas musicales folklóricas más representativas
del Paraguay es "Pájaro Campana" y justamente, la que más
lucimiento brinda a los intérpretes del arpa. El público
al verlo en un escenario, no concibe la finalización de la actuación
del arpista sin la ejecución de la mencionada obra musical. Esta
polca paraguaya hace rato trascendió nuestras fronteras, escuchándose
por doquier los acentos y latidos telúricos de América que
simboliza este "Guyra pu", que, como pájaro que es, vuela repartiendo
armonías de nuestro continente, para todas las latitudes de la tierra
y es una muestra cabal y representativa de lo que afirmamos, que ha sido
inspirada y modelada en este y para este instrumento de creación
mestiza y repetimos, no es "india", ni criolla, sino arpa paraguaya.
(1) criolla o criollo término que se aplicaba
a los nacidos en tierra americana de padre y madre españoles.
Fuente: Mauricio
Cardozo Ocampo: Mundo Folklórico Paraguayo, Asunción
1991, vol. I, pp. 215-219
Esta página fue elaborada
por Wolf Lustig (lustig@mzdmza.zdv.uni-mainz.de).
¡Aguyje ndéve cheñandu
haguére!
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