Con la implementación
de la Reforma Educativa bilingüe en el Paraguay, concretada en un diseño de
mantenimiento, la lengua Guaraní pasa a ser utilizada, junto con el Castellano,
como lengua de instrucción. Este rol, nada nuevo para el Castellano, sí lo es
para el Guaraní por todo el proceso histórico-social que le tocó vivir en
estos cuatro siglos de contacto con el Castellano.
Esto representa un
reto especial cuando se trata de enseñar en Guaraní, de larga tradición oral,
pues a pesar de que esta lengua tuvo tradición escrita desde el siglo XVII, no
ha sido utilizada como lengua de instrucción salvo una notable excepción
durante las reducciones jesuíticas. Esa nueva realidad plantea serios desafíos
a esta lengua que durante siglos estuvo relegada al ámbito de lo informal, sin
que surgiera la necesidad de que desarrolle léxico especializado para las
funciones propias de una educación formal, pues esta estaba reservada
exclusivamente para el castellano.
El impacto producido
por la conquista y la colonización sobre la lengua guaraní imprimió una nueva
orientación a la evolución de la misma. En toda Sudamérica no hubo un grupo
como el de los hablantes del guaraní que se caracterizase por poseer un poder
de cohesión tan fuerte, tejido a través de su identidad lingüística. Esta
situación obligó a los conquistadores españoles a adoptar una política
lingüística astuta y muy bien pensada. El uso del guaraní fue aceptado y
hasta favorecido durante los primeros años de la colonia y los propios
españoles se vieron en la necesidad de aprenderlo y usarlo para continuar con
sus proyectos de conquista y colonización.
Una de las poderosas
armas de la conquista española, la religión, fue la que hizo posible que se
comenzase a utilizar la forma escrita del guaraní. Cuando comenzó la
catequización de los indígenas, los misioneros se vieron en la necesidad de
hacerla en la lengua aborigen que era la lengua de uso cotidiano de la nueva
sociedad, a la que dotaron de un importante soporte escrito.
Con el transcurrir del
tiempo, y ya en la época independiente, respondiendo a Políticas
Lingüísticas bastante contradictorias, solo el castellano fue la lengua
utilizada en la educación formal. Fue desde entonces la única lengua de la
instrucción pública, de las relaciones exteriores, de los medios masivos de
comunicación, de las Instituciones en general. Y aunque ya se escribía en
Guaraní, su uso, reservada casi exclusivamente a la creación poética popular
no logró imponerse masivamente. Ya muy posteriormente su empleo se
circunscribió específicamente al ámbito de la formación de docentes para la
enseñanza de esta lengua.
El guaraní, que nutre
sus raíces en una pujante fuente de tradición oral, logró salir fortalecido
de los encuentros y desencuentros que le reservaba el contacto con la lengua
castellana, así como de los avatares propios de los largos años de
discriminación de la que fuera objeto como lengua minorizada aunque mayoritaria.
En esas condiciones ella supo adaptar su estructura y responder a las
necesidades comunicativas de sus hablantes, manteniéndose como una lengua viva.
De ahí que nadie objete ya con seriedad en nuestro país la necesidad de una
educación bilingüe, entendida esta como "la planificación de un proceso
educativo en el cual se usan como instrumentos de educación la lengua materna
de los educandos y una segunda lengua, con el fin de que estos se beneficien con
el aprendizaje de esa segunda lengua, a la vez que mantienen y desarrollan su
lengua materna".
Esta definición
implica la planificación de la enseñanza en dos lenguas y la elaboración de
actividades curriculares pertinentes, para ambas lenguas de instrucción: el
Guaraní y el Castellano.
Es obvio que el
componente cultural está implícito en este proceso y sobre todo si nos
remitimos a la lengua que no es solamente el espacio de una comunicación sino
una referencia y una forma cognitivas. Es una forma de insertar significados en
la realidad, una forma de concebirla, de imaginarla y a partir de allí una
forma de construcción de la racionalidad y de la personalidad. La capacidad de
reflexionar en una lengua propia es un elemento indisociable de la construcción
de la personalidad. En ese sentido la promoción de la lengua materna (o de uso
predominante, en nuestro contexto) es fuente de enriquecimiento que garantiza la
adquisición y construcción de conocimientos.
El desafío bilingüe,
que para nosotros ya es una realidad en muchos aspectos, sigue planteándonos,
sin embargo, muchas necesidades. Algunas de ellas son más urgentes que otras,
como la necesidad de definir más claramente la Política Lingüística
Paraguaya. Esta necesita ser encarada como un verdadero proyecto de sociedad, es
decir, como una planificación lingüística en términos de objetivos
socio-políticos amplios en los cuales puedan conjugarse la eficacia educativa y
la capacidad profesional, para que todos los ciudadanos sean actores de la
integración y no los sujetos de una simple asimilación.
Entre las tareas más
urgentes tenemos la necesidad de trabajar sobre una nueva normalización de la
lengua Guaraní, lo que entraña, especialmente:
-
El desarrollo de un
léxico especializado para las áreas del saber en su carácter de lengua
de instrucción; lo que a su vez implica la toma medidas que favorezcan la
construcción de un lenguaje de conceptos operativos comunes para la
interpretación y el análisis de la realidad con el fin de construir
nuevos conocimientos.
-
La sistematización
de la descripción del Guaraní a partir de sus propias peculiaridades. La
descripción actual del Guaraní está basada en el modelo de descripción
de las lenguas grecolatinas. Esta descripción no responde a las
características propias del Guaraní como lengua aglutinante y
polisintética.
-
La formación de
docentes quienes deben estar preparados para implementar una Educación
Bilingüe en sus diferentes ciclos, según el perfil de salida de cada uno
de ellos.
-
La estimulación de
la creación literaria y la producción de materiales didácticos para las
áreas en las cuales el Guaraní es utilizado como lengua de instrucción.
-
La normalización
del Guaraní para su uso en todos los ámbitos, es decir, llevar a la
lengua a las instituciones, a los medios masivos de comunicación, a las
empresas.
Todas estas cuestiones
plantean la necesidad de toma de decisiones sobre tipo de lengua que ha de
utilizarse como medio de instrucción, así como el tratamiento que ha de
concederse a esta lengua, puesto que de ello depende lo que se espera como
resultado de una educación bilingüe.
Se ha puesto de
manifiesto, desde el inicio de la Educación Bilingüe en nuestro país, que el tipo
de lengua que ha de constituirse en la herramienta de la enseñanza
– aprendizaje es el "Guaraní paraguayo" . Entendemos por
guaraní paraguayo la lengua utilizada mayoritariamente por la población
paraguaya en su comunicación cotidiana y susceptible de adaptarse fácilmente a
las necesidades actuales del lenguaje oral y escrito porque no desecha sus
raíces ni se cierra a la evolución y a los cambios.
El tratamiento que ha
de recibir esta herramienta para constituirse en un medio eficaz para la
comunicación social y la elaboración de saberes es , precisamente, el espacio
en donde se han de dar las definiciones más importantes, pues es el punto de
partida y el eje sobre el cual giran todas las demás decisiones .
El Guaraní no
presenta mayores inconvenientes en su uso como lengua enseñada, proceso para el
cual tuvo un tiempo de preparación relativamente largo.
La dificultad
verdadera del Guaraní se plantea en su uso como lengua de instrucción para
transmitir universos culturales sistemáticamente vedados a la lengua durante el
largo proceso reductor a la que fuera sometida. Aquí es donde surgen las
controversias en las decisiones a ser tomadas.
Cuando en un primer
momento de la Educación Bilingüe se optó casi con exclusividad por la
creación de palabras a partir de las propias estructuras del Guaraní, las
dificultades no parecían mayores, pues las exigencias del primer ciclo no eran
tantas. Sin embargo, el paso al segundo ciclo , que requería una lengua más
adaptada para la elaboración de saberes, puso al descubierto que esta opción
no es la más viable puesto que se estaba ante una lengua nueva distante de la
lengua real de comunicación cotidiana, con la cual no se identificaban los
hablantes nativos del Guaraní. Aún así, la buena voluntad de los docentes y
su empeño hizo que la situación fuese más llevadera. Fueron ellos quienes
aseguraron la continuidad de la marcha de la Educación Bilingüe hasta hoy.
Debemos tener en cuenta que en este ciclo, como en el anterior, un solo maestro
es el encargado de concretar el diseño bilingüe en el aula.
Como ya lo hemos
mencionado, los problemas mayores se presentan en el tercer ciclo, con
características diferentes a los anteriores puesto que las asignaturas son
enfocadas con mayor profundidad y el uso de un léxico especializado o
terminología es imprescindible. Además, el 3° ciclo ya plantea la
participación de varios docentes especialistas de área para la concreción de
las propuestas curriculares.
Era ya impensable
afrontar la implementación del Guaraní como lengua de instrucción únicamente
con el recurso de las creaciones lexicológicas a partir de las propias
estructuras de la lengua. Las necesidades eran demasiadas . Fue el momento
propicio para abrir a la lengua otras posibilidades que en la práctica ya
estaba dando frutos y se estaba constituyendo en una fuente de recursos muy
valioso para el Guaraní. Ese recurso fue la incorporación de préstamos para
cubrir los vacíos terminológicos del Guaraní como lengua de instrucción.
Para acudir a esta
estrategia se consideró que la terminología, en la práctica no pertenece a
ninguna lengua específica, pues es un lenguaje prácticamente internacional que
se nutre de raíces griegas y latinas, muy productivas para las lenguas que
acuden a ellas. El guaraní ha demostrado ser muy maleable y con mucha facilidad
ha podido utilizar estos préstamos a partir de otras lenguas, principalmente
del castellano, adaptándolos a sus necesidades.
De esta manera, para
la denominación de los conceptos propios de las áreas curriculares que debían
ser trabajadas en Guaraní, se optó por utilizar préstamos de los términos
propios de dichas áreas adaptándolos a la grafía de la lengua Guaraní,
usados en un contexto guaraní . Estas palabras pasaron a funcionar como una
unidad más del sistema. Esta decisión fue tomada con el propósito específico
de hacer la lengua más funcional , más comprensible .
Mucho se ha objetado
esta iniciativa del Ministerio de Educación y Cultura, alegando entre otros
argumentos que dichos préstamos con raíces griegas o latinas en su mayoría,
violentan la estructura del Guaraní que patrimonialmente presenta una
estructura silábica abierta: consonante-vocal o vocal sola, sin palabras que
terminen en consonante. Dicha postura parece obviar por completo una realidad
constatable en la lengua Guaraní desde los inicios mismos de contacto con el
español , hace más de cuatrocientos años , y es que, debido a la adopción de
préstamos con estructura silábica diferente , el Guaraní ha llegado a
modificar sus grupos consonánticos patrimoniales Este hecho, tan frecuente y
normal en los casos de contactos de lenguas, debe ser considerado a la hora de
tomar decisiones con respecto a la forma de representar gráficamente estas
palabras. Más de cuatro siglos de contacto tan cercano entre el castellano y el
guaraní, desde la fundación de Asunción en 1537, justifica plenamente este
tipo de cambios . El Guaraní paraguayo que hablamos hoy los paraguayos, es una
lengua que ha sido modificada en muchos aspectos, debido, en gran parte al
contacto tan íntimo con el castellano .Es por eso que podemos distinguirla de
otras lenguas de la misma familia lingüística, aunque estén muy próximas
entre sí.
Se ha objetado
también que la lengua Guaraní va camino a su destrucción a través de la
incorporación de préstamos para el desarrollo de las áreas para las cuales el
Guaraní no tiene terminología propia. Se ha dicho que la adopción de
préstamos cierra el paso al desarrollo de la lengua a través de sus propios
recursos. Es una manifestación (de clara tendencia purista) que pretende el
desarrollo de la lengua solo a partir de una técnica- la de la creación
lexicológica a partir de sus propios recursos- aislándola de su función
social, olvidando la razón por la cual se ha optado por una educación
bilingüe.
La realidad propia de
la sobrevivencia del Guaraní a lo largo de su convivencia con el castellano en
estos cuatro siglos demuestra lo contrario puesto que si la misma existió y
sigue existiendo es gracias a su capacidad de reaccionar y asimilar los
préstamos necesarios para seguir siendo socialmente útil a sus hablantes. Es
justamente este recurso el que le permitió seguir como una lengua viva y ser
hablada hasta hoy por los paraguayos, ganándose su propia identidad como "Guaraní
paraguayo".
No se niega que la
posibilidad de una lengua nueva , o por lo menos renovada en gran parte es
posible en el Guaraní , porque cuenta con los recursos adecuados en su propia
estructura. Esta opción, desde luego no está descartada. En la práctica la
creación de palabras nuevas es casi ilimitada en Guaraní. Pero...la pregunta
es: ¿Cuál es la funcionalidad de una lengua totalmente o parcialmente nueva ,
creada a los efectos de ser usada en el ámbito escolar exclusivamente, sin
mayores posibilidades de ser reconocida como socialmente útil en otras
instancias?. Es posible exigir a los maestros el aprendizaje memorístico de una
centena de palabras nuevas para el desarrollo de cada una de sus clases. Es
posible exigir lo mismo a los estudiantes. Pero... ¿Cuál es el objetivo de
esto? . Si el objetivo es desarrollar todo el potencial lexicológico del
Guaraní, a través de su utilización en la educación, la postura se comprende.
Pero si es a la inversa, es decir, si se busca potenciar la capacidad del
educando a través del instrumento que es la lengua, este paso debe darse en
aquella lengua en la cual pueda comprender y ser comprendido.
Otra objeción
planteada a la postura asumida por el Ministerio de Educación y Cultura hace
referencia a las dificultades excesivas planteadas a los educandos al
presentárseles dos formas diferentes de escritura en una misma palabra. Como
ejemplo, sirva la palabra "demokrásia" . Dicha objeción no deja de
tener su razón. No obstante, al sopesar los beneficios o los posibles contras a
una determinada forma propuesta para su uso, percibimos que igualmente requiere
mucho esfuerzo aprender una forma nueva desconocida para reemplazar a una
palabra de mucho uso y ya conocida por todos y difícilmente desplazable por lo
mismo. Todos los bilingües que manejan lenguas con raíces comunes hacen este
esfuerzo de diferenciar el sistema ortográfico según sea la lengua en la cual
se estén expresando.
Normalmente los
préstamos pasan a incorporarse al sistema funcionando en él como una unidad
muy productiva, ajustándose a las normas internas que rigen la lengua. En el
Guaraní se evidencia esa realidad con palabras como la que sirvió de ejemplo,
pues la susceptibilidad de los préstamos de recibir afijos (prefijos y / o
sufijos) del guaraní demuestra claramente su aceptación por el sistema y
refleja el grado de integración de la misma en la estructura de la lengua
receptora, que es el Guaraní. A través de este mecanismo se constituye un solo
grupo fónico y , en consonancia, se manifiesta su unidad en el plano gráfico.
Además, los
préstamos reaccionan como una unidad propia de la lengua en el aspecto sonoro,
al admitir armonizaciones nasales, vocálicas o glotales y son capaces de
establecer relaciones con los demás vocablos del sistema en función a la
polaridad verbo-nominal, sin ninguna dificultad.
Muchas de las
creaciones hechas para llenar los vacíos terminológicos del Guaraní han dado
sus frutos. Son de mucho uso y aceptación. Otros han sufrido el rechazo de sus
hablantes, por ser incomprensibles por sí mismos, por ser calcos de estructuras
del castellano, por ser muy largas o por prestarse a ambigüedades en su
interpretación y uso, entre otras causas más profundas que merecerían otra
ponencia solo para analizar ese fenómeno.
No se niegan los
problemas que surgen como resultado de la utilización de nuestra lengua
autóctona en la educación. Desde luego no se pueden dar respuestas positivas a
todas las inquietudes. El proceso de recuperación social de la lengua Guaraní
confronta varios problemas de orden práctico para que su uso sea totalmente
viable en niveles superiores de la Educación Bilingüe. Reclamamos la necesidad
de una instancia que normalice estos aspectos de la lengua, con la
participación de todos los estamentos del país. En el Paraguay la
recuperación social del Guaraní no pasa por la cuestión de reivindicaciones
étnicas o de orden político, sino de orden pedagógico, psicolingüístico y
sociolingüístico. Es por eso que el tratamiento que se le dé a la lengua debe
responder a esa realidad cultural tan particular del Paraguay, en donde la gran
mayoría de los paraguayos tenemos dos lenguas, pero una sola cultura , que es
la cultura paraguaya con sus diferentes matices.
En la actualidad son
dos las bases que sustentan este tratamiento dado a la lengua guaraní para su
funcionalidad en la educación: en 1° lugar, ver cómo reaccionan la lengua
misma y los hablantes ante los cambios, considerando la maleabilidad de la
lengua. Este es un proceso abierto, y en el cual todos los hablantes participan
desde el momento en que desplazan una forma y privilegian otra en su
comunicación.
En segundo lugar,
están unos preceptos generales válidos para todas las lenguas y que hacen
referencia a los principios y características de los términos . Estos son ejes
orientadores a la hora de tomar decisiones, ya sea con la creación neológica a
partir de elementos propios de la lengua o a través de préstamos. Estos
principios y características pueden servir como bases para un trabajo conciente
y consensuado para la modernización terminológica del Guaraní. Los mismos son:
-
La monosemia (
monorreferencialidad).
-
La capacidad de ser
unívocos.
-
Autonomía
lingüística, es decir, que el estatus de la unidad terminológica se
define básicamente por su contenido semántico.
-
Predominio de
sintagmas terminológicos.
-
La estabilidad
-
Ser necesarios
-
Aprovechar los
formantes internacionales de cada disciplina.
La precisión
semántica hace alusión al hecho de que un término debe establecer una
relación unívoca entre significante y significado. Un término, a diferencia
del léxico, no da lugar a interpretaciones diversas según el contexto, pues
posee un grado de precisión mucho más elevado y pertenece a un sistema de
conceptos determinado.
Hablamos de autonomía
lingüística porque un término es entendible por sí mismo . El significado
del conjunto del sintagma no es, necesariamente, el resultado de la suma de sus
constituyentes, sino el resultado específico de una relación entre formantes,
y por lo tanto, no necesita recurrir a una traducción constante del mismo para
su comprensión.
Un término, para ser
considerado válido y funcional, debe haber pasado por el filtro de los
hablantes nativos especialistas en el área en cuestión en una especie de
validación consensuada que dé cuenta de su grado de aceptabilidad y utilidad,
es decir, haber sido normalizado para el uso específico para el cual se crea.
Las condiciones
lingüísticas que debe reunir un neologismo para garantizar una cierta
viabilidad en su implantación (sobre todo con los fines de desplazar un
préstamo ya introducido), son las siguientes:
-
Debe denominar un concepto
estable, con el cual mantiene una relación unívoca.
-
Debe ser breve y conciso, aunque
en determinados campos se admiten las formaciones sintagmáticas.
-
Debe ser lo más transparente
posible
-
Debe poder constituir las bases
de series derivativas
-
Debe adaptarse al sistema
gráfico y fónico de la lengua.
Las condiciones de
tipo sociolingüístico son las siguientes:
-
Debe ser fruto de
una necesidad, es decir debe denominar conceptos nuevos, evitar variantes
concurrentes y desplazar formas inadecuadas.
-
No debe presentar
connotaciones negativas ni provocar asociaciones inconvenientes.
-
Debe pertenecer a
un registro formal de especialidad
-
Debe poder
memorizarse sin dificultad excesiva
-
No debe contradecir
las líneas básicas de la política lingüística establecida.
El Ministerio de
Educación y Cultura se ha visto en la necesidad de tomar decisiones acerca del
tratamiento de la lengua, por las urgencias que plantea la implementación del
diseño bilingüe. Pero existe clara conciencia de la necesidad de una
planificación lingüística que responda a cabalidad a la Política
Lingüística planteada constitucionalmente para nuestro país. La misma debe
contemplar la planificación de corpus y la planificación de estatus de la
lengua Guaraní a nivel nacional. En cuanto al corpus lingüístico , gran parte
del camino está hecho. El Guaraní posee una Gramática y ésta sus reglas y
sus normas. La misma también necesita revisión y ajuste, como ya lo hemos
mencionado, para adecuarla a los principios universales de la lingüística, a
los cuales el Guaraní no puede estar ajeno.
No se pretende, desde
luego, que la discusión sobre el tema sea asunto cerrado. En este momento se
están analizando las estrategias de acción para lograr consenso acerca de este
tema que despierta álgidas pasiones en nuestro país.
El camino se ha
iniciado, y necesitamos , sobre la marcha, concertaciones y acuerdos.
De resolverse la
cuestión terminológica, sin ninguna duda se podrán plantear con seriedad las
otras necesidades que hacen a la planificación lingüística del estatus del
Guaraní para su uso en las instancias gubernamentales donde sea necesario; para
la formación docente orientada hacia su formación bilingüe, la producción de
materiales didácticos o de carácter científico etc. De no ser así, cada
autor seguirá creando su propia lengua guaraní para su propio material, y solo
él y sus usuarios ocasionales conocerán el nuevo lenguaje. |