A 73 años de la creación de la Guarania, Flores sigue creciendo

Mañana se recuerda el día de la creación de la Guarania, en coincidencia con el cumpleaños de su creador, el maestro José Asunción Flores.

Flores, compuso en el 25 su primera obra en el ritmo que identificaría luego a nuestro país, pero esa primera guarania que se llamó ``Jejuí'' nacería con la marca del olvido, por cuanto su propio creador prefirió darle vuelo y preponderancia a ``Arribeño resay'' con letra de Rigoberto Fontao Meza, con quien compuso la primera letra de ``India'' que, con el tiempo, cambiaría por los versos de Manuel Ortiz Guerrero y que, al final, sería la definitiva por peso de la inspiración del poeta y por identificarse más y mejor con el título dado a la obra. Luego vino ``Ka'aty'' con Fontao Meza. Posteriormente nacerán las demás de la inspiración del genial artista.

La inquietud de Flores por darle crecimiento y expansión al nuevo ritmo paraguayo dio forma a la necesidad de abrir nuevos horizontes para robustecer su evolución y consolidar su expansión entre el pueblo paraguayo, que se identificó sin transiciones con la creación de Flores que antes había hecho un ensayo escribiendo los arreglos de ``Maerápa reikuase'', pero dándole una cadencia más lenta, sacándole esa división de polca que le dio un ropaje distinto y sumamente agradable.

Las obras de Flores no tienen antecedentes en otros ritmos de esta parte del mundo, no tienen raíces afro y tampoco se inspiran en los aires andinos y sí, en cambio, es auténticamente producto de la capacidad creativa de Flores, notándose un renacimiento fuerte con las Mujeres de la Guarania, cuyo aporte, desde el 96, le devolvió primacía y protagonismo a ese ritmo paraguayo, cobrando dimensiones para volver a vivir aquellos grandes momentos de sus inicios.

Vicente López Vega

La batuta de la discordia

El maestro José Asunción Flores, como casi todos los genios, no suscitó la simpatía unánime de sus contemporáneos. Es que él había volado hasta alturas insospechadas siendo paraguayomínte. Algunos no le perdonaron el talento que exhibió creando nada  menos que un nuevo género musical, la guarania.

Flores era comunista. Facundo Recalde, FA RE, que lo había saludado con entusiasmo ante el nacimiento de una nueva forma para la música paraguaya y que lo había traído del Chaco cuando una grave enfermedad empezaba a afectarle, lo atacó sin piedad. Dijo que en Buenos Aires su partido le había condenado a "la función de estafetero", usando su prestigio y truncando su brillante carrera. Cuando la guarania fue atacada por el stronismo, sin embargo dijo que Ortiz Guerrero ni siquiera sabía silbar, por lo cual mal podría ser el padre de esa criatura.

En la década del '60, cuando ya el dictador Stroessner se afianzó en el poder, la campaña contra él alcanzó sus picos más elevados. El cuento se iniciaba en el rechazo de la condecoración de 1949. El objetivo era negar que él fuese el creador de la guarania, para atribuirla el mérito a Manuel Ortiz Guerrero. Supuestamente éste, andando con Leopoldo Ramos Giménez por los montes del Caaguazú, oyó que los "alzaprimeros" cantaban unas canciones lentas y tristes, como sus vidas. Luego, en Asunción, recordando lo que había escuchado a través de un código que había ideado, le pidió a Flores que le pusiera en el pentagrama. Los promotores de la mentira decían que el pacto era que transcurridos unos 30 años Flores debía devolver sus derechos a Manú.

El que tenía en las manos "la batuta de la infamia" fue Ramos Giménez, al que Flores calificó de hombre-reptil, hombre-víbora. El que en su juventud había sido un defensor de la justicia, desde el Palacio de Gobierno, entregado en cuerpo y mente al tirano, orquestó la intriga. Néstor Romero Valdovinos, en La Tribuna, se prestó al juego sucio. Dalmacia Sanabria, la viuda del escritor villarriqueño completó el elenco de difamadores.

Los autores de textos de enseñanza musical José Weiler y Germán Arriola divulgaron la falsedad a los cuatro vientos. El mismísimo Arturo Alsina, en el prólogo de las obras completas de Ortiz Guerrero, se sumó a la farsa. La conspiración contra Flores halló a sus voceros.

A pesar del miedo, algunos salieron a favor del verdadero y único originador de la guarania, demostrando sin réplica posible que Ortiz Guerrero no podía ser su creador porque él y Flores se conocieron cuando Jejuí, Arribeño resay y Kerasy estaban ya hechos. Entre los que alzaron su voz a favor de la verdad estuvieron Víctor Benítez Montórfano, FA RE, Jorge Báez, Mauricio Cardozo Ocampo y Darío Gómez Serrato, según revela José Asunción.

Las calumnias dejaron profundas heridas en el músico. A pesar de ello, continuó componiendo y rindiendo culto a la solidaridad que le brotaba desde lo más hondo. Sabía que sus detractores iban a terminar en un palmo de tierra, mientras que su gloria crecería con el paso del tiempo, sin sombra posible.

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